20240920_mh_amnistia_fiscal_728x90
20240813_lechematerna_728x91
20240701_vacunacion_728x90
20231124_etesal_728x90_1
20230816_dgs_728x90
20230601_agenda_primera_infancia_728X90
domfuturo_netview-728x90
20240604_dom_728x90
CONNA SUPERIOR
previous arrow
next arrow

Izalco celebra el Día Nacional de Pueblos Indígenas con rituales y gastronomía ancestral

En el distrito de Izalco, Sonsonate Este, se celebró este viernes el Día Nacional e Internacional de los Pueblos Indígenas, un evento que destacó la riqueza cultural y espiritual de las comunidades indígenas. La celebración fue organizada por el Concejo Coordinador de Pueblos Indígenas de El Salvador y tuvo lugar en El Llanito, un terreno considerado sagrado por la alcaldía del Común y los izalqueños que reconocen su origen ancestral.

La jornada comenzó con un recorrido por el parque central de la localidad, donde los asistentes disfrutaron de cantos, bailes y un ritual del fuego sagrado, símbolo de la vida y la energía del universo. Este ritual fue seguido por ceremonias espirituales que hicieron referencia a los 20 nahuales o nawales, los cuales, según la cosmovisión maya, representan la energía, espíritu o fuerza de los seres y elementos de la naturaleza, creando un vínculo entre las personas y el ecosistema.

La celebración también incluyó la degustación de la gastronomía ancestral de Izalco, destacándose la Sopa de Chilayo, un platillo tradicional elaborado con carne de res, jugo de naranja agria y chiles chiltepes, que forma parte del legado culinario indígena.

La Procuradora de la Defensa de los Derechos Humanos, Raquel de Guevara, asistió al evento y expresó su apoyo a la comunidad indígena, subrayando la importancia de reconocer y proteger sus derechos. “El reconocimiento constitucional de los derechos de los pueblos indígenas ha sido un gran paso, al igual que establecer un Día Nacional en su honor. Ahora, el desafío como país es promover políticas públicas que defiendan sus intereses estratégicos desde su propia cosmovisión,” señaló Guevara.

La celebración en Izalco no solo fue una manifestación de orgullo cultural, sino también un recordatorio del compromiso necesario para garantizar la inclusión y el respeto hacia las comunidades indígenas en El Salvador.