El régimen de excepción, solicitado por el presidente Nayib Bukele, se implementó para restablecer el orden y el control territorial tras un aumento significativo de homicidios entre el 25 y el 26 de marzo de 2022, que dejó 76 víctimas. Esta medida buscó combatir el accionar de las pandillas y proteger la vida de los salvadoreños.
Gracias a esta disposición legal, las autoridades intensificaron patrullajes terrestres, marítimos y aéreos, además de establecer controles vehiculares y mantener presencia permanente de soldados y policías en áreas específicas. Estas acciones generaron temor entre las pandillas, lo que resultó en una notable disminución de la violencia que persiste hasta la fecha.
Según el último informe oficial, el régimen de excepción ha facilitado la captura de más de 84,000 pandilleros, incluidos jefes, cabecillas y colaboradores. También se han decomisado 4,458 armas de fuego, 9,800 vehículos y más de 21,000 teléfonos celulares, debilitando significativamente a estas estructuras delictivas.