Redacción
El municipio de Tonacatepeque se prepara para el famoso “Festival de la Calaviuza” que se realiza cada 1 de noviembre, tradición que es todo un orgullo para el municipio.
Se trata de una celebración mitológica y pintoresca que se desarrolla en el pueblo, a unos 20 kilómetros de la capital y es tomado por los espectros del folclor salvadoreño, esos personajes de leyendas concebidas para asustar, desvelar y entretener. La costumbre es andar por las calles exigiendo el popular dulce de calabaza con miel y recitando “ángeles somos, del cielo venimos, pidiendo ayote para nuestro camino, mino, mino…”, en tono de ultratumba.
La historia dice que la festividad nació hace varias décadas en Tonacatepeque y tiene muchas similitudes con el Halloween anglosajón. Los niños solían vestirse de ángeles e iban de puerta en puerta con una “cebadera” (bolsa tejida) y sus “calaviuzas”, hechas de un morro hueco y con una vela encendida dentro, cuya luz salía por diversos orificios.
El alcalde Ravín Sosa y el Concejo Municipal invitan a la población en general para que asistan al festival y disfruten de todo lo que desde principios de este se prepara, programación que será compartida en sus redes sociales próximamente.