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Mujeres productoras en Tacuba, Ahuachapán, lideran la revolución agroecológica

Foto: Diario El Salvador

Foto: Diario El Salvador

Un grupo de mujeres productoras agrícolas en Tacuba, Ahuachapán, está marcando la diferencia en la lucha contra los cambios climáticos y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles, gracias a la capacitación y empoderamiento proporcionados por el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (Centa).

Juana Francisca García, una de las 40 beneficiadas del programa, se ha convertido en una líder en la elaboración y aplicación de insumos agroecológicos en la región. Estas mujeres están respondiendo a los desafíos climáticos que amenazan sus cultivos de yuca, maíz, café, plátano, frijol y cítricos, aplicando conocimientos adquiridos a través de las capacitaciones del Centa.

García compartió su experiencia y los resultados alentadores que ha observado en sus cultivos. “Tenemos resultados gracias a todas las capacitaciones que Centa a través de los técnicos nos imparten, hemos visto mayor producción y cultivos sanos, además de hacer uso de materiales agroecológicos”, expresó la productora. Su testimonio subraya el impacto positivo que estas prácticas tienen en la producción agrícola y la resiliencia frente al cambio climático.

El Centa resaltó que estas mujeres no solo están transformando sus propios campos, sino que también están asumiendo el papel de formadoras en sus comunidades. Comparten sus conocimientos y habilidades con otros agricultores, lo que tiene el potencial de impulsar un cambio significativo en la región.

Los especialistas del Centa han enfatizado la importancia de la conservación del suelo como una estrategia fundamental para prevenir la erosión y garantizar la seguridad alimentaria y los ingresos a lo largo del año. Además, se espera que estas mujeres se conviertan en proveedoras de diversos mercados locales, fortaleciendo así la economía de la comunidad.

El compromiso de estas mujeres productoras con la agricultura agroecológica no solo beneficia sus propios cultivos, sino que también contribuye al bienestar de sus comunidades y al impulso de prácticas agrícolas sostenibles en la región. Sus esfuerzos son un ejemplo inspirador de empoderamiento y resiliencia en el sector agrícola.